Anime Planet
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

Leyendas Urbanas

4 participantes

Ir abajo

Leyendas Urbanas Empty Leyendas Urbanas

Mensaje por ~FK Dom Nov 27, 2011 6:12 pm

El colectivero:

Una noche en Rosario (provincia Argentina), enfrente del cementerio "El Salvador", un colectivero (chofer de ómnibus) de la línea "114" iba conduciendo de noche medio dormido, de pronto, ve impotente como una chica se le cruza velozmente frente al ómnibus y este la arroya.

El colectivero asustado por lo sucedido y lo tétrico de el lugar decide retroceder, esquivar el cadáver de la chica y escapar. Luego de unos minutos de ir a toda velocidad y no detenerse en sus paradas normales, completamente histérico ve por el espejo retrovisor, que la chica que había arrollado está sentada en el ultimo asiento mirándolo fijo y llorando.

La casa del aguila :
En Flor de Maroñas, en el corazón de un barrio obrero de casas blancas y chiquitas. Como una aparición extraña, la construcción en ruinas emerge en una esquina cualquiera, rodeada de un parque descuidado. Es
un caserón inmenso -nos contaba la farmacéutica del barrio, de la que me llegó el primer relato- al que todos conocen como "la casa del águila". Cuando los primeros pobladores de la zona vinieron a quedarse, esa casa ya estaba ahí,
sola y vacía.

Historia
Esto ocurrió un fin de semana que se presentaba perfecto; discotecas, alcohol, chicas...
Era viernes por la noche y mis padres no se encontraban en casa, ni lo estarían en todo el fin de semana.
Estaba viendo la televisión, y poco a poco estaba acabando con mi paciencia. Decidí cojer el teléfono y llamar a un amigo, o quizás un par. –Cuantos mas, mejor nos lo pasaremos-
Con la libertad de estar solo en casa, coji el teléfono y llame a un par de amigos, para invitarlos a pasar un fin de semana en mi casa.
Hice cinco o seis llamadas. –Tengo que decir que en dos de ellas marque un número erróneo-
Dos de mis mejores amigos aceptaron mi invitación y vinieron a mi casa. -Es una casa apartada de la ciudad-.
Picaron a la puerta. Decidí apagar la televisión, ya que me estaba aburriendo. Abrí la puerta y los recibí.
Pasamos todos tres juntos al comedor, y me di cuenta de que la televisión seguía encendida. Yo estaba seguro que la apague antes de recibir a mis colegas. –Aun así no le di mayor importancia-
Como jóvenes que somos, nos pusimos a ver la tele y beber como hacemos normalmente, aprovechando la ausencia de nuestros padres en casa. Nos lo estábamos pasando de lo mejor.
Risas, críticas a los programas que echaban por la tele etc...Pero de repente, escuchemos un fuerte golpe, venia de arriba.
Toni dijo que no era nada, que el viento probablemente habría abierto una ventana mal encajada.
Se hacia cada vez mas tarde, y nosotros continuábamos a lo nuestro, bebiendo, riéndonos y esas cosas.
Empezaron a retransmitir un programa de efectos paranormales, la hora es indicada para que los niños no la puedan ver. Empezaron haciendo un reportaje en un cementerio. Apaguemos la tele, ya que esos temas, no nos interesaban.
Porque lo quitáis, tenéis miedo o que? –Vaciló Ivan-.
Ivan era el típico estudiante, bien plantado, que se hacia el valiente cuando estaba entre amigos. Pero que todos sabían que cuando esta solo, es un rilado.
Volvimos a encender la tele, para demostrar al No insultes de Ivan, que ese programa no nos afectaba ni la mas mínima. Namas volver a poner el canal, pudimos ver la imagen, una sombra en un cementerio. Suponíamos que era de un reportaje.
Porque no vamos nosotros a dar una vuelta al cementerio? –dijo Ivan, disimulando su miedo en un gesto muy atrevido-
Toni y yo al compás afirmamos esa pregunta. Cojimos ropa de abrigo, pues en una noche como esta, debíamos ir abrigados. También nos llevamos encima todo tipo de utensilios, móviles, linternas y como no una pequeña cámara digital.
Salimos de casa preparados para vivir una experiencia –brutal-. Me asseguré de cerrar la puerta con la llave.
Nos encaminamos al cementerio de nuestro municipio, no quedava muy lejos de mi casa.
Ivamos comentando nuestras cosas, Ivan iva entre Toni y yo –supongo que seria, para demostrarnos que es un valiente-.
Lleguemos a la puerta del cementerio. Havia una ligera brisa.
Intentemos abrir la puerta, y nos llevamos un susto. La puerta estaba oxidada, seguramente del tempo en que a estado inutilizada.
Con un terrible esfuerzo, conseguimos desplazar la puerta lo suficiente como para colarnos en el cementerio. Una vez dentro, encendimos nuestras linternas, y procuramos no hacer mucho ruido.
E tíos, no es bueno perturbar las almas de los difuntos –dijo Ivan en una voz apagada-
Toni y yo nos echemos a reír, y tratamos de calmarlo. Le convencimos de que no ariamos nada malo, y que no pasaría nada.
Caminábamos poco a poco, alumbrando con las linternas cada centímetro que íbamos avanzando. De repente, el viento empezó a soplar con fuerza, y como es de esperar, los ramos de flores depositados en los panteones de los difuntos, hacían un ruido de lo más espantoso.
La cosa se estaba poniendo fea, teníamos mucho miedo, para que negarlo?
Seguíamos avanzando, alumbrando todo lo que dejábamos atrás, mayormente tumbas.
De repente algo me agarro fuertemente, y no tarde en darme la vuelta –Afortunadamente era Toni-
Me susurro que vio algo brillante en medio de la oscuridad, y que sentía miedo dentro del cementerio. –Me lo dijo al oído, por tal de que Ivan no se asustase más-
Lo dejamos correr, pensamos que fue una imaginación producida por el pánico.
Pero poco después, sucedió lo mismo. Entonces no perdimos ni un momento y fuimos a donde afirmo ver algo brillante.
Lleguemos a un campo, de escasos metros, donde en medio havia una pequeña habitación con una tumba dentro. Teníamos mucho miedo, parecía una toma de película, pero desafortunadamente era real.
Volvimos a sentir un ruido dentro de esa misteriosa sala, Ivan no aguantaba más, si seguía de brazos cruzados contemplando el recinto, le podría dar un ataque al corazón. Cuando nos dimos cuenta Ivan ya havia entrado en el recinto.
Toni y yo no teníamos el valor que Ivan venció en una décima de segundo. Estábamos nerviosos, no nos dimos cuenta de que nuestro amigo entro allí adentro.
Empecemos a gritar-le, en cuanto saliera de allí nos iríamos, dejaríamos el cementerio y volveríamos a mi casa.
Pero Ivan no respondía, la angustia se aferró de Toni y de mi –no teníamos ni idea de que le pasaba a Ivan-
Volvimos a sentir un fuerte ruido que procedía de allí adentro. Le dije a Toni que me esperase, que le podía estar pasando algo a nuestro amigo, y que yo iva a entrar. Antes de entrar le advertí que no dejara de alumbrarme con la linterna.
Me decidí, comencé a caminar hacia la obertura de la pequeña habitación, la luz de la linterna me quitaba un poco el miedo, pero no todo. Estaba a unos escasos metros de la puerta, cuando vi una sombra en el suelo. Avise a Toni, yo sabia que algo malo le pasaba a mi amigo.
Entre decidido para buscar a Ivan –debía estar allí, porque entro y no lo vimos salir-
Una vez dentro, el corazón se me acelero al ver a Toni estirado boca arriba, tenia el móvil fuertemente sujeto entre sus manos. Se lo arrebate en un jesto de impotencia y salí corriendo, Toni no tubo que preguntarme nada, se hecho a correr detrás mío.

En la huida del cementerio, iba derramando lágrimas por mi amigo Ivan, en ese momento no me fije si estaba vivo o muerto, no atine a tomarle el pulso. Solamente le arrebate el móvil.

“Es culpa mía todo esto” pensé mientras iva corriendo.

La puerta estaba a unos escasos 100 metros de distancia, y Toni corría velozmente detrás mío.
La huida se nos estaba haciendo eterna, una vez delante de la puerta. Tuvimos que hacer un hábil gesto para esquivar la puerta, que anteriormente aviamos forzado para poder entrar.

Una vez fuera del cementerio, suponíamos que el peligro havia acabado. Pero no fue así, alguna cosa extraña (no pudimos ver concretamente que) nos perseguía. Toni y yo, no teníamos otra opción que ir corriendo hacia mi casa y intentar encerrarnos y dar parte a la policía.

Esa cosa extraña cada vez se nos acercaba mas, deje que Toni me pasara para asi tenerlo controlado. (no queria perder otro amigo, por mi culpa)

Faltaba poco para poder ver mi casa, para simplemente verla. Cuando ya la teníamos en nuestro campo de visión, esa cosa que nos perseguía, al parecer aumento de ritmo.

Si seguíamos a nuestro ritmo acabaría atrapándonos. Teníamos una larga recta delante nuestro, le grite a Toni y le lancé las llaves. –ya que el iva primero, ganaríamos unos segundos abriendo la puerta-.
Toni no tardo en abrirla, yo estaba a unos metros de el, me estaba gritando pero yo no podía oír nada, solo veía su dedo señalando detrás mío, y su boca en un gesto de miedo.
Me faltaban unos metros y estaría a salvo en mi casa con mi amigo. Hice un último esfuerzo y entre la puerta, que posteriormente fue cerrada con una velocidad brutal, por parte de Toni.

Echamos todos los pestillos posibles e incluso pusimos sofás en la puerta, para bloquear el paso de esa cosa extraña que teníamos detrás.

Nos caímos al suelo muertos de miedo, no nos salían las palabras. En un mar de dudas, la puerta sonó repeditamente. Un golpe detrás de otro. –no sabíamos que podía ser, pero no queríamos abrir-

Empezamos a hecharnos cada vez mas hacia detrás, hasta chocarnos con la pared de la entrada, no me acuerdo bien como pero empezamos a pedir perdón –no recuerdo porque-
Solamente pedíamos salir con vida de aquello…

Volvió a sonar la puerta, y al cavo de un rato oímos la voz de Ivan! Abridme por favor! –decía-

Era un momento de tensión, la puerta cada vez se movía mas, supuestamente Ivan la golpeaba con más fuerza.

Nos asomamos a la mirilla, y apreciamos a Ivan lleno de sangre, con la ropa destrozada. No dudamos ni un segundo en abrirle la puerta para curarlo y llevarlo a un hospital.

Desde esa noche, no hemos vuelto a venir a mi casa nunca más. Nos hemos cambiado de pueblo, y mi amigo Ivan esta ingresado en un psiquiátrico de Barcelona, donde lleva sin hablar desde el día en que le ocurrió aquel fatídico ataque en el cementerio.

No sabemos que le ocurrió, como no habla, nunca podremos saber que le paso.
Solo tenemos una pequeña prueba que capto su propio móvil dentro del recinto. –Aparece una sombra y sus propios gritos de pánico-

Las gemelas: historia

Desde siempre, en los días de tormenta, la comisaría recibe decenas de denuncias respecto a ruidos extraños que vienen desde esa casa. Se los describe como aullidos, o como aleteos de un ave inmensa encerrada entre sus muros. Una vez, en confianza, un policía me contó que una de esas noches hubo tantas denuncias que el comisario tuvo que enviar a dos agentes a inspeccionar la casa. En bicicleta, porque te podrás imaginar que ni patrullero valía la pena mandar.
Cuando llegaron a la esquina, estos dos agentes buscaron con las linternas algún signo de anormalidad. No encontraron nada, y llegaron a la conclusión de que aquellos ruidos no eran más que producto de la superstición del vecindario, a lo mejor simple ruidaje de muchachos colados en el parque. Pero cuando ya se estaban yendo, escucharon a sus espaldas un estruendo de escombros que caían. Al iluminar, vieron claramente caer desde el techo una gran escultura que dominaba el portal: un águila en gesto amenazante, con las alas y el pico abierto, que se destrozó sobre el terreno, a pocos metros de donde estaban. Pasado el primer susto, los agentes volvieron a la comisaría, y relataron en el parte que "seguramente debido al intenso viento..."
Al día siguiente, los agentes fueron requeridos a la seccional, y puestos bajo arresto por "beber en horas de servicio". Cuando intentaban explicar que ellos no habían bebido, el propio comisario los invitó a seguirlo hasta la casa en camioneta. Al llegar a la esquina, los agentes comprobaron con estupor que el águila de piedra seguía allí, intacta sobre el techo de la casa, donde permanece hasta hoy.


Ésta es apenas una de las decenas de historias que rodean la Casa del Águila del barrio Flor de Maroñas. Es raro el vecino o la vecina que no tenga una historia propia que contar al respecto. Se ha visto al águila moverse, aletear, e incluso volar en las noches de tormenta. Entre ellas, varias vecinas parecían atribuir la "maldición" del águila de piedra "a que hace pila de años, en la época de los tupamaros (sic) ahí torturaban y mataban gente".
Al parecer, la casa fue efectivamente construida como cuartel de campo durante una dictadura militar: es obra del General Esteban Pollo, edecán de Máximo Santos (dictador de finales del siglo XIX) y también grado 33 de la masonería. La conexión que los relatos vecinales hacen entre ambas dictaduras (la de la "época de los tupamaros" y la de Santos) revela el sentido último de la leyenda. Como una amenaza que pende sobre el barrio desde su misma constitución (la casa ya estaba ahí cuando llegaron los primeros vecinos), el águila de piedra (símbolo del poder en todas las épocas, desde los romanos hasta los estadounidenses) revive en cada tormenta el horror de las dictaduras militares. Merced a la leyenda permanentemente actualizada por nuevas historias, el barrio adquiere una identidad y una función: advertir a la comunidad sobre la maldición que amenaza desde la brutalidad de los regímenes autoritarios. El barrio aprendió en su historia sensible e incorporó a su cotidianeidad ese aprendizaje colectivo, como un "nunca más" de piedra, que trasciende (desde la vivencia rediviva del horror) la fugacidad de los discursos políticos y su frágil memoria.
Ojalá, en cada tormenta atmosférica o social, alguien nos narre esa leyenda viva que sostiene la memoria del miedo. Ojalá podamos entonces superar las alusiones a la "ignorancia de la gente", a la "superstición" o la "histeria colectiva" con que intentamos casi siempre defender la hegemonía de nuestro conocimiento "objetivo" de la realidad. Y reconocer, en toda su dimensión, el mensaje que llega desde la memoria colectiva entre las líneas de una leyenda simple de barrio.

La casa de la degollada


En el año 1871 sucedió un hecho misterioso que conmovió a la tranquila ciudad de Montevideo.
Primero desapareció una dama de la alta sociedad y luego su esposo.
He aquí el relato.
Merceditas Aguirre era una chica muy bonita , pretendida por gran parte de los muchachos de su circulo social . Quien la conquisto fue el Dr. Arenas un abogado famoso y acaudalado que le llevaba unos 20 años. Luego de casados pasaron a vivir a la mansión del este ultimo sita en la calle Agraciada esquina Joaquín Pereyra. A los pocos meses Merceditas dejo de ser vista y el doctor Arenas comento que se había ido a Europa a culminar sus estudios.
Al poco tiempo fue el Dr. Arenas quien desapareció sin dejar rastro , quedando en la mansión solo los 4 sirvientes que hacia años allí trabajaban. Pasaron los años , los sirvientes fueron muriendo de a poco y la casona quedó vacía.
Cuando unos sucesores tomaron posesión de la casa empezaron a notar sucesos extraños , gritos , ruidos de metales y hasta gritos en la noche.
Pero lo peor estaba por llegar. Cuando los obreros demolieron una pared para ampliar la biblioteca encontraron el cadáver de Merceditas , la cual estaba como momificada y con el cuello cercenado macabramente. Luego de eso la casa fue cerrada y abandonada y empezó a derruirse hasta legar al estado en que está hoy. Los vecinos siguen asegurando sentir ruidos y gritos sobrenaturales en las noches. La comisaria que está frente a la parte trasera de la casona por la calle Olmedo ya no manda agentes para ver que pasa porque saben que no es de este mundo el problema.
Nunca mas se supo que fue del Dr. Arenas , se piensa que el si escapó a Europa y por el tipo de crimen se los sindica como el posible culpable de una serie de crímenes no aclarados en España.
Esta es otra de las leyendas urbanas montevideanas , aunque Ud. No lo crea.

pd : Despues subo mas , lo que pasa es que son muchas y no van a entrar todas

~FK
~FK
Admin's bitch

Mensajes : 103
Fecha de inscripción : 25/11/2011
Edad : 26
Localización : Buenos Aires

Volver arriba Ir abajo

Leyendas Urbanas Empty Re: Leyendas Urbanas

Mensaje por Nittato Dom Nov 27, 2011 9:45 pm

ahh cuantos de viejas chismozas, aca hay uno que supuestamente el colectivero paso por el sementerio a las 3 am y habian uunas cuantas personas en la parada esperando el colectivo, el colectivero por la hora no paro y pasa de largo, despues mira por su retrovisor y todas las personas estaban en el colectivo D: el colectivero salto del colectivo y dejo la agencia.
Nittato
Nittato
Admin's bitch

Mensajes : 196
Fecha de inscripción : 25/11/2011
Edad : 34
Localización : en una oficina de la casa rosada

Volver arriba Ir abajo

Leyendas Urbanas Empty Re: Leyendas Urbanas

Mensaje por Lulhy Lun Nov 28, 2011 7:07 pm

Nittato escribió:ahh cuantos de viejas chismozas, aca hay uno que supuestamente el colectivero paso por el sementerio a las 3 am y habian uunas cuantas personas en la parada esperando el colectivo, el colectivero por la hora no paro y pasa de largo, despues mira por su retrovisor y todas las personas estaban en el colectivo D: el colectivero salto del colectivo y dejo la agencia.
jajajaja me encanto esta "historia" xD no paro de reír
Lulhy
Lulhy
Admin's bitch

Mensajes : 73
Fecha de inscripción : 25/11/2011
Edad : 26

Volver arriba Ir abajo

Leyendas Urbanas Empty Re: Leyendas Urbanas

Mensaje por Fani Mar Nov 29, 2011 6:23 pm

Realmente nunca creí en leyendas urbanas, pero me divirtió leerlas, no se quien las inventará pero entretienen xD
Fani
Fani
Admin's bitch

Mensajes : 92
Fecha de inscripción : 25/11/2011
Edad : 34
Localización : in the Nitta house

Volver arriba Ir abajo

Leyendas Urbanas Empty Re: Leyendas Urbanas

Mensaje por Contenido patrocinado


Contenido patrocinado


Volver arriba Ir abajo

Volver arriba


 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.